domingo, 24 de abril de 2011

Restaurante Nicolás

Puntuacion: 4,5/5
Fecha: 23 Abril
Lugar: Ledesma, 10. Bilbao
Precio: 34€ por persona aprox.

Como decía anteriormente, esta Semana Santa toca comer fuera, son vacaciones para todos y así no preparamos comida en casa ni fregamos los platos.
Hoy es el derby Athletic-Real Sociedad, partido auténtico donde los haya. Una perfecta muestra de hermandad entre aficiones y un sentimiento único. El Casco Viejo de Bilbao estaba hoy a rebosar de gente, cantando y bebiendo y haciendo cola para comer en los restaurantes que colgaban el cartel de completo.

Después de dar varias vueltas por el casco sin suerte hemos decidido ir a otras zonas de Bilbao. Descubrir que por la zona de la ribera, o que algunos de los restaurantes cercanos a Jardines de Albia están cerrados en vacaciones es una vergüenza, mucha crisis y todo eso, pero no me lo creo. Si hay crisis te jodes y abres el restaurante, que te aseguro que un día como este lo llenas. Pero no. El excelentísimo ayuntamiento de Bilbao sólo debería conceder licencia de terraza con la condición de que se abra en vacaciones, si no te quedas sin terraza. Es que luego se quejan de que no hay turismo, turismo si hay, pero se van a otros lugares a comer porque Bilbao no ofrece cosas.

En fin, hemos acabado en Ledesma y hemos ido al mítico Nicolás. Hemos preguntado y tenían mesa así que nos hemos sentado. Al ver las cartas hemos comprobado que no había más que Menú especial, Menú degustación y carta. Haciendo un cálculo rápido compruebas que es más económico elegir el Menú especial que los mismos platos elegidos de la carta. Así que hemos pedido el especial que incluía una ensalada con salmón de entrante, un arroz cremoso de hongos de primer plato y un entrecotte de segundo.
Al poco tiempo nos han traido la ensalada, pequeña pero era un entrante, un salmón ahumado suave. Después ha venido el arroz cremoso, un risotto de hongos, recién preparado en el infierno, cómo quemaba. Unos hongos suaves y un arroz en su punto acompañado de un espárrago triguero.
Por último, el entrecotte. No se si os acordaréis de cuando comí "entrecot" en la Cervecera Amorrortu, bien, pues a esto me refería. En el Nicolás sí te comes un entrecotte en condiciones, lo otro era como comerse una vaca famélica, la que ha estado olvidada en una esquina en la pradera y ha muerto de pena. 
Te comes el entrecotte intentando no ahogarte en tu propia saliva mientras lo acompañas con patatas cocinadas debajo del infierno y pimientos. En su punto, todavía sangrando un poco, jugoso.

De postre nos han servido un Surtido de la casa que consiste en cinco mini-postres. Una porción de tarta de queso con mermelada de frambuesa, una especie de pastel vasco con naranja, un canutillo relleno de crema, una fresa con nata y una lámina de chocolate blanco, y un profiterol con chocolate. Muy bueno.

No tienen página web propia pero lo más parecido es esto: Restaurante Nicolás

sábado, 23 de abril de 2011

Restaurante Eguiluz

Puntuacion: 5/5
Fecha: 22 Abril
Lugar: Calle del Perro, Casco Viejo de Bilbao.
Precio: 22€ por persona aprox.

Viernes Santo, no se debe comer carne. Bien, pues vais a ver.
Esta Semana Santa ya que no hemos salido de viaje porque la semana de pascua ya me va a tocar volver a mi querida Alemania, no estamos dando una serie de homenajes bien merecidos.

Y esta vez para fomentar el turismo en Bilbao y que en Semana Santa abran los restaurantes (es una autentica pena ver gente en Bilbao y ver calles míticas vacías porque a algunos dueños de locales no les apetece abrir, tanta crisis no habrá señores) pues decidimos ir al Casco Viejo bilbaíno más vivo que nunca. Mucha gente, muchos locales abiertos, una gozada verlo así de bien.

Nos decantamos por el Restaurante Eguiluz, el típico bar familiar con restaurante en el piso superior, con una atención amable y casera y una comida excelente. Aquí tomé mi primer chuletón servido sobre brasas hace ya unos años, kilo-doscientos de pura carne.
Entramos y preguntamos si tenían mesa, y subimos al piso de arriba. La guapa camarera de contorneados ojos y un tímido tatuaje nos dió las cartas y nos dijo qué tenían de especial para hoy. Me miró como "estos son de fuera" al ver la bolsa de la cámara de fotos y al decir perretxikos añadió la coletilla de que son setas. También sé lo que es el begihaundi y esto no me lo explicó.
Bueno, elegimos un menú de paella y solomillo de buey para mi y ensalada mixta y chuleta de ternera para mi acompañante. A esto venía lo del Viernes Santo.
La paella y la ensalada caseras y perfectas, en su punto. Estábamos sentados al lado de la cocina y vimos cómo ponían el solomillo en la plancha. A ver si aprenden el resto de restaurantes lo que es un maldito solomillo! Esto es un solomillo, esto! Un grosor del que el buey del que salió se sentiría orgulloso, un tamaño de carne sin igual, un So-lo-mi-llo, no una mierda de papel de fumar para el cual no necesito ni cuchillo. 
La camerera de los ojitos tuvo que venir y cambiarnos de cuchillo y ponernos uno de sierra porque pensaba que nos estábamos dejando los dedos, a pesar de que el solomillo estaba tan jugoso que sólo había que pedirle por favor que se dejara cortar. Ni una gota de grasa en la carne, en su punto y sin pedirla si quiera. Aquí te ven la cara y saben cómo te gusta la carne. Además, en el menú, sólo ponía Solomillo de buey y luego de sorpresa te ponen patatas fritas y pimientos rojos.

Después de disfrutar comiéndome un buen pedazo de buey en Viernes Santo pedimos el postre, la típica tarrina helada de nata con sirope de chocolate.

Lugar de visita obligada en el Casco Viejo.

Akebaso: El futuro famoso chef vuelve a cocinar para mi

Puntuacion: 4,5/5
Fecha: 21 Abril
Lugar: Entre Apatamonasterio y Axpe.
Precio: 45€ por persona.

Antes de empezar voy a aclarar algunas cosas. Primero considero que no tengo un paladar tan fino ni exquisito como para degustar correctamente comida de cierto calibre y segundo, que mi "fama" de critico es... digamos que nula para no herir mis sentimientos. No soy la Guía Michelín, pero el Akebaso aparece entre sus páginas.

Para el que no haya estado nunca, el Valle de Atxondo es un lugar precioso, recuerda a los típicos montes tiroleses, pero más de aquí. Un lugar lleno de paz y silencio.

Desde que nuestro amigo cocinero hizo la prueba en este restaurante y fue justamente seleccionado le dije que iría a comer allí, y que mejor que aprovechar la Semana Santa para darnos un homenaje y de paso visitarle y cumplir mi palabra.


La carretera de acceso al restaurante es de un solo sentido, con una especie de hendidura a mitad del camino para cuando se encuentren dos coches en medio. La tipica carretera donde se besan los retrovisores de los coches si no se anda con un poco de cuidado.

Al llegar pedimos mesa ya que allí la cobertura móvil es la justa para que no puedas ni llamar a emergencias y el chef no me había "oído" porque no tenía red. Nos tomaron nota y nos fuimos a hacer unas fotos para hacer tiempo.

He de decir que creo que no me han tratado nunca igual de bien a como me trataron aquí. Un poco más y me arropan después de comer para que me quede echando la siesta. Te hacen sentir como un marqués y eso es muy de agradecer. Muy atentos pero sin agobios.

Al sentarnos (en la mejor mesa del restaurante) vinieron a ofrecernos la carta aunque ya sabían más o menos que queríamos el menú degustación. Aún así nos dejaron la carta para echarle un vistazo.
También nos preguntaron a ver si queríamos que nos dijeran lo que nos iban a traer o que fuera sorpresa. Elegí sorpresa puesto que aunque me hubieran soltado toda la retahíla de platos tampoco me hubiera acordado de ninguno, optimizamos el tiempo y a la aventura.
Una chica con voz angelical empezó a traernos los aperitivos, concretamente empezamos con una Esfera de de tomate asado con mayonesa de anchoa y viruta de idiazabal, un Cucurucho de queso con huevas de trucha y una Croqueta de chistorra. La esfera de tomate como me comentaron explota (suavemente) en la boca y se extiende todo el sabor. El cucurucho de queso estaba muy cremoso y la croqueta de txistorra era algo nuevo para mi, y muy agradable.
Después nos trajeron una Brocheta de pulpo con emulsión de azafrán, muy sabrosa y el pulpo perfecto, y una Tosta con yema de caserío eukal-txerri que esto si que explota (literalmente) en la boca y sin avisar. De esto que revienta y tienes que contener los ojos porque se te salen.

Nunca he entendido el por qué de poner a los platos nombres que tardas más en decirlos que en comerte el plato. Casi me dieron ganas de hacer una apuesta a ver quién acababa antes, la camarera de decirme lo que me estaba comiento o yo en comérmelo.
Y empezamos con los primeros. Un Tataki de atún rojo con tagliatelle, montado de ajo y tomate, muy suave, casi no se apreciaba el sabor a atún, muy bien presentado (todo estaba perfectamente presentado, impresionante) sobre una especie de plato-baldosa. Perdón, pero mi ignorancia no da para más.
Después un Falso huevo de bakalao, pimientos asados y crema de almendra, muy bueno también, muchos sabores danzando en la boca, y se tarda en identificarlos no os creáis. Lo del "falso huevo" tengo que pedir explicación, mi no entender. 
Como último primer plato (si! esto va para largo!) degustamos una Crema de guisantes con vieiras y costrón de beicon, guisantes recolectados esa misma mañana de su huerta particular. Unas suaves vieiras que a la pobre chica que me trajo el plato se le desmoronó un poco y estaba algo preocupada. Tranquila que yo me lo como, que he comido en comedor de colegio y con eso te lo digo todo. Quizá sea este el problema, que estoy asilvestrado en asuntos culinarios.

Y vamos con los segundos. No había intervalos largos entre plato y plato, pero eran intervalos regulares de forma que estuvimos dos horas en el restaurante pero no se nos hizo largo para nada. 
Nos trajeron una Raya brasa con guacamole de puerros. A lo del guacamole de puerros todavía estoy dándole vueltas pero igual que lo del falso huevo, que no lo pillo. Nunca había probado la raya así que no se decir si está más suave o no que en otros sitios, sólo se que me gustó. Los puerros también estaban muy buenos, no se si por ser un guacamole o sin más. Para el siguiente plato, Pastel de lechón confitado en canela con patata rota, yo creo que la perfumada maître ya nos había calado y sólo dijo"Cochinillo", yo estuve a punto de contestar "¿Quién? ¿Él o yo?". Descubrí un aroma a canela y veo que no iba desencaminado. El "cochinillo" tenía algo de grasa para mi gusto, posiblemente sea así y yo no sepa apreciarlo, pero lo digo desde mi humilde paladar. Eso sí, estaba en su punto.

Después de esta opulenta y excelentemente presentada comida todavía quedaban los postres. Oh! Dios mío! que he hecho yo para merecer tanta atención!! Vino un postre de Fresas cocinadas en frió con flash de café, helado de rosas y cristal de regaliz, que ¡buá! Las fresas eran como de gominola, pero no, eran fresas. El helado de rosas.... nos llevan años de ventaja, voy a empezar a ir a las floristerias a mordisquear las flores. El flash de café me lo comí, aunque no soy para nada seguidor de la cultura cafetera, y era como el típico flash que te comías de chaval, pero de café. Y no lo pone pero venía con un pétalo de rosa congelado en nitrógeno y cubierto de azúcar.
Después vino la Tostada casera con helado de toffee y aroma de naranja, que las tostadas a las que estoy acostumbrado yo tienen algo menos de leche, pero no dejaba de estar buena. Eso si, el helado a mi no me engaña nadie, eso eran caramelos Werther's Original! ¡Seguro!

Por último y por si no fuera poco, nos deleitaron con unas Galletas de mantequilla y nuez y unas Kukis de chocolate.
Lo dicho, un trato excelente, un lugar inolvidable, una comida digna de los mejores paladares cocinada por el maestro Javier Izarra ayudado por Audy Chávez. Nos sirvieron dos platos extras gracias a mi "contacto" el cual espero que esté mucho tiempo trabajando allí porque es su sitio y cada vez está más y más cerca de ser muy famoso.

domingo, 10 de abril de 2011

Guinness y demás cervezas

No sólo de comida vive el hombre, por supuesto también necesitamos saciar nuestra sed. ¿Y por qué no hidratarnos y a la vez disfrutar?
Una buena cerveza es un arte, y como tal debe ir con su propio recipiente y ser servido siguiendo unas pautas. Cada marca tiene su tipo de vaso con su forma y se tira de una forma diferente desde barril y desde botella. Además también hay que beberlas de forma particular.

Todo esto viene a mi reciente viaje a Alemania y a que ayer por segunda vez me atreví a pedir una Guinness de botellín. La primera vez no tuve muy buen resultado con este formato de Guinness y era reacio a volver a tomarla si no es servida de barril. Pero ayer me dió por ahí y, oh, sorpresa, no salió tan mal como esperaba. Obviamente no era de barril pero tampoco era el orín de roedor que sirven en el Molly Malone de Estraunza, lugar que prefiero no criticar porque no podría superar una nota de -1 sobre 5. Nunca, repito, nunca, jamás, vayáis ahí a pedir una Guinness o una Murphy's puesto que tiran la cerveza de una vez, cuando la Guinness si es de barril se ha de tirar en dos tiempos y en 119.5 segundos. Se agria completamente la cerveza y cuando llevas bebida la mitad eres incapaz de acabarla y te empieza a sentar mal en el estómago. Y me ha pasado dos veces, pero no una tercera.

Continuemos. Bien, os pongo un video de cómo servir una Guinness de barril. Lo normal es que ninguno pueda acceder a servirla así, pero os podréis fijar cuándo os la sirven bien o no en un bar:

Lo más seguro es que en vuestras casas y en bares no oficiales optéis por tomar una Guinness de botella. Hay varios tipos, la Draught que es la misma que la de barril, la Extra Stout y la Foreign Extra Stout.
Voy a suponer que os ponen una Draught ya que es la más habitual. Aquí podéis ver cómo se sirve:

Y ya de paso os pongo también el de la Foreign Extra Stout:

Una Guinness bien servida además de tener el trébol dibujado en la espuma (no se ve todos los días) debería ir dejando aros de espuma a lo largo del vaso.
Nosotros solemos frecuentar dos irlandeses, uno en Bilbao y otro en contadas ocasiones en Sopelana. El de Bilbao es el Irish Stone's situado en Avenida Madariaga, en Deusto. Allí siempre vamos a celebrar St. Patrick's y el Arthur Guinness Day. Cuando hay mucha gente sirven las cervezas bien, aunque sin trébol.
En el de Sopelana, el Brendan Isle si no me equivoco. Aquí si, no falla el trébol y las pintas bien servidas.

Dejándo de lado esa maravillosa cerveza pasemos a hablar ligeramente de otras como Paulaner. Hay varios tipos de esta cerveza de trigo pero yo sólo conozco dos, la normal y la Salvator con un ligero toque de miel.
La primera me la han servido en una auténtica tasca alemana, con un vaso alto de la marca, inclinándolo ligeramente en el tirador y dejando caer suavemente el líquido por la pared del vaso hasta llegar casi al final, momento en el que se pone el vaso recto y se echa espuma. Quedan unos cuatro o cinco centímetros de densa espuma que hacen que se te caiga la baba.
La Salvator sólo la he visto en botellín, y según nos recomendó el dueño del irlandés de Deusto, se debe tirar lo que se va a beber. Servida en jarra de la marca, se inclina un poco la jarra, se vierten unos 3 dedos de cerveza, se pone derecho el vaso y se llenan otro par de dedos de líquido que al romper forman la espuma, y el resto se deja en la botella. Cuando acabamo lo del vaso, volvemos a repetir y así hasta acabarla. Se supone que la cerveza se mantiene perfecta dentro de la botella y así no desperdicias su sabor.

Luego tenemos la Franziskaner, que nos cuenta cómo servirla de botella el hermano Helmut:

Otro día más.

Página web de Guinness: http://www.guinness.com/es-es
Página web de Guinness en inglés: http://www.guinness.com/en-us
Página web de Franziskaner: http://www.franziskaner.com
Página web de Paulaner: http://www.paulaner.de

sábado, 9 de abril de 2011

Foster's Hollywood: El ex-convicto

Puntuacion: 3,5/5
Fecha: 9 Abril
Lugar: Max Ocio. Barakaldo.
Precio: 39€ para dos personas.
 
Una preciosa mañana de sábado, salir de inglés y a hacer compras. Y como se hace tardepues a comer fuera de casa un día más.
Aquí.... no,....aquí...., bah, tampoco. Pues aquí, en el Foster's. He hecho unas cuantas críticas del Foster's Hollywood ya, y para no repetirme hemos decidido pedir algo distinto y así poder comentar cosas nuevas. Además hoy hay historia adjunta, y de las buenas. Y de las truculentas.
 
Hemos llegado a la puerta, no había cola y nos han venido a atender rápidamente. Nos han sentado en una mesa en la que había un viento huracanado que hacía volar las servilletas y hemos preguntado a ver si podíamos cambiar de mesa. Han aceptado aunque un poco a regañadientes y hemos ido a sentarnos a una mesa con asientos acolchados donde no pegaba tanto el aire acondicionado. Como acababan de comer allí estaba sin recoger y no nos han dejado sentarnos hasta que no la han limpiado (pasar un trapo húmedo). También nos han comentado que igual tenían movida porque claro, si alguien pide sofá cuando está esperando en la puerta y les dicen que si pues luego pueden tener cristo si no se lo dan. Si, he puesto esa misma cara.
 
Bueno, nos hemos sentado y mientras estábamos mirando la carta se han sentado al lado dos chicos y una chica, típicos de Barakaldo. 
Después de pedir una ración de Bacon & Cheese Fries, un El Ranchero y un "Beverly Hills" Chicken hemos empezado a enterarnos sin querer de partes de la historia de nuestros vecinos de mesa.
Resulta que a uno de ellos lo acababan de soltar hoy a la mañana porque ayer le detuvieron en una pelea. El pobre chaval pasaba por allí y se quedó mirando, y claro, le detuvieron y se ha pasado la noche en comisaría. Además los agentes no le dejaban explicarse, cada vez que se giraba para hablarles mientras le esposaban le increpaban que mirase hacia delante.
La novia de este, muy desconsiderada, no hacía más que pedirle dinero para llamar por una cabina, y el chaval tenía todas sus pertenencias confiscadas en comisaría y no tenia dinero "cash". El otro amigo (porque eso es un amigo) se ha ofrecido por supuesto a pagarles la comida, que por cierto ninguno de ellos ha sido capaz de dar más de un bocado a su hamburguesa. Al chaval se le veía tranquilo, yo creo que no es la primera vez que está en el lugar equivocado en el momento equivocado, pero claro, la vida es dura.
Ha contado también alguna mini-historia de los compañeros de celda, gente que habitualmente también ha sido observada por un tuerto y tiene cierta mala suerte de estar donde no debe.
 
Vaya, que este anuncio no es más que la cruda realidad:

De mientras nosotros nos comíamos nuestra comida, esto era como asistir a una cena-espectáculo, pero no era cena y el espectáculo era una historia narrada en clave de cani. Muy a lo "Princesas de barrio".

Las patatas con bacon y queso como siempre muy buenas, algunas turraditas y el queso bien fundido. No falla.
A continuación nos han servido El Ranchero, carne picada a la parrilla con patatas y un par de panes de ajo muy buenos. La carne estaba en su punto, era consistente, no la típica carne picada poco compactada. Bien hecha por el exterior, costaba hincarle el tenedor, pero estaba jugosa por dentro. 
El "Beverly Hills" Chicken eran dos medallones de pollo con bacon, queso fundido y salsa barbacoa por encima, sabía exactamente igual que el bocadillo de pollo a la barbacoa del Krunch. Venía acompañado de arroz americano, muy bueno, y una ensalada normal y corriente. El pollo era un poco mazacote, y la mezcla con el bacon.... deja a cada animal campar a sus anchas hombre, que en la granja no les ves ahí a los pollos retozando con los cerdos y viceversa, aunque en Telecinco si. Lo malo es que te traigan el refill cuando has acabado de comer, ¿qué vas a ayudar a pasar ahora por la garganta, aire? La pepsi es para comer, durante la comida, no para después de comer. Y tampoco es que estuvieran hasta arriba de gente.

Por último, y a pesar de que estábamos hasta arriba, nos hemos comido una buena Chocolate Storm que nunca puede faltar si se va a un Foster's. Plato estrella.

sábado, 2 de abril de 2011

Amume

Puntuacion: 3,5/5
Fecha: 1 Abril
Lugar: Máximo Aguirre 1, Bilbao
Precio: 12€ por persona.

El viernes ibamos con el tiempo más apurado de lo normal e ir a casa a comer suponía comer muy tarde, así que decidimos comer por Bilbao. Aparcamos el coche en el garage de la Plaza Euskadi y para no dar muchas vueltas nos fuimos al Amume.

Entramos y pedimos mesa para dos, la camarera se fue a preguntar y al volver nos dijo que pasarámos. El local no es demasiado grande pero tiene suficientes mesas. Una luz tenue, todo color café, muy tranquilo.

Nos sentamos y nos trajeron la carta del menú del día. Pedimos los dos lo mismo, Fideua (escrito por ellos como Fideguá) y Hamburguesa. Antes de pedir el segundo plato mi acompañante preguntó a ver cómo era el Lacón asado y con una voz tranquila y sosegada, de esas que te gustaría oir si te encuentras en silo de misiles que tiene activado el protocolo de autodestrucción, le explica que es jamón asado con patatas y pimientos.

En dos minutos tenemos la fideua en la mesa, en el típico plato que parece un sombrero de campesino dado la vuelta. Quema. Esta muy rica, aunque los fideos gruesos a mi me sabían un poco a de sobre. No se, tenían ese sabor, que no es malo pero es extraño. Estoy convencido de que no eran de sobre, les saldría más caro que comprar pasta al por mayor, quizás fuera porque estaban calentado al microondas o yo que sé. Pero estaba buena la fideua.
Después vino la hamburguesa. Me recordó a una carne de hamburguesa que comí en mi reciente viaje a alemania, que por 1,20 euros te daban un bloque de carne picada del tamaño de un puño grande y que te lo comias sin más. Esto era un poco más pequeño, carne picada pero casera, no hamburguesa comprada ya hecha. Preguntó el camarero al tomarnos nota a ver cómo queríamos la carne y yo respondí "al punto". El cómo quieres hecha la carne es como lo de los entrecot, cada uno tiene un concepto totalmente diferente. Estaba más bien poco hecha y la carne de hamburguesa poco hecha... bueno, que uno se la come y está rica. Venía acompañada de patatas y una especie de salsa agridulce no tan fuerte como la de los restaurantes chinos pero que le daba un punto a la carne.

Por último, de postre había flan o fresas con nata. Pues fresas con nata. Bueno, con leche condensada pero que hacía las veces de nata.

Merece la pena para ir a comer, un trato amable y tranquilo. Como no veo que tengan página web pues no os queda otra que ir y probarlo. 
Que aproveche.