domingo, 8 de enero de 2012

Sausalito

Puntuación: 4/5
Fecha: 7 Enero
Lugar: Puerto Viejo (Getxo)
Precio: 15€ aprox. por persona

Después de varias semanas sin escribir aunque sí que he visitado varios restaurantes, toca volver a contar algo en el blog. Las 3 o 4 críticas que debería haber hecho tienen el problema de que las he ido dejando, y claro, acuérdate tú ahora de lo que comí aquel día. Pero entre viajes y demás no he podido llevar al día el blog.

Mi amigo el viajero llevaba tiempo comentándome que quería llevarme a comer al famoso mexicano "Sausalito" del Puerto Viejo de Getxo. Y por fin el sábado acompañados de nuestro amigo Sete fuimos allí, no sin antes reservar porque parece ser algo complicado tener mesa a veces.

Aparcamos sin mayor problema, aquello en verano es un hervidero de gente, pero el invierno es lo que tiene. Subimos unas pocas escaleras y llegamos a un conjunto de casas entre las cuales se encuentra este restarurante.
Siguiendo hacia delante vemos unas escaleras y subiendo por ellas está la entrada. Un sitio pequeño y acogedor con más bártulos que en cualquier mercadillo que hayáis visitado antes, tantos que se hace difícil hasta sentarse en según qué sillas.

Dispone de otro comedor en el piso de abajo, en el superior habría como 8 mesas para mo más de 20-25 personas.
Allí había trabajando dos personas, un cocinero que hacía escupir llamas a los fogones y la camarera.
Llegamos con la reserva hecha, nos sentamos y nos trajeros las cartas que tenían alguna que otra marca de uso. El viajero nos comentó qué solía pedir él cuando iba, más o menos lo que se pide para dos personas para que echáramos un cálculo y eligiéramos. Nos decidimos por un Burrito de pollo, una Enchilada verde y unas Fajitas de res para los tres. Las fajitas hay que pedirlas con tortas de más, sólo te dan 3 por defecto pero no da para la cantidad de carne que las acompaña.
Para beber me fijé que un señor de la mesa de al lado tenía una John Smith's que es lo que bebemos en Manchester estas semanas que he estado fuera (y voy a estar), así que me pedi una. La camarera dijo que no les quedaba, las que tenían estaban congeladas, y acabé pidiéndo una Coca-Cola, el viajero también y Sete una Budweiser.

Me habían advertido de que aquí tardaban mucho en servirte la comida. Puede que porque cuando perdimos no había mucha gente o porque teníamos una buena conversación entre manos pero no se me hizo larga la espera, no más de 15 minutos. De haber estado esperando sólo se hubiese hecho eterna pero hubo suerte.

Nos trajeron toda la comida a la vez, no entrábamos casi en la mesa pero así no teníamos que esperar más platos. La Enchilada verde tuvo que sustituir a mi plato por falta de espacio. Y empezamos a cortar las raciones.
La salsa verde de la enchilada era una curiosa mezcla de kiwi y aguacate que le daban un sabor nuevo mezcla entre dulce y picante. Aunque luego ya se sabe: lo que picante entra, picante sale.

El burrito estaba muy bueno, difícil de comer porque se deshace segun intentas cortarlo. Junto con el arroz y los frijoles que lo acompañan se consigue un burrito recién traido de México.
Por último, las fajitas. Tortas algo pequeñas, del tamaño de la mano que hacen que rebose a nada que eches una cucharada. Y claro, la llenas completamente con un par de cucharadas y luego toca pringarse. La comida que mejor sabe es la que mancha, todos lo sabemos aunque intentemos negarlo.
El problema de pedir fajitas de res en vez de pollo es que la carne es algo más dura y difícil de partir de un mordisco, por ello surgen problemillas a la hora de comerse las fajitas intentando no parecer que llevas una semana en ayunas.

No hubo sitio para el postre, parece que no pero llena bastante para cenar.
Merece la pena visitarlo, el precio es mejor que el del Charro Loco que yo recuerde y el ambiente es muy original.