domingo, 30 de octubre de 2011

Chicken's Farm

Puntuación: 0,5/5
Fecha: 29 Octubre
Lugar: MegaPark (Barakaldo)
Precio: 18€ para dos personas.

Nada. No tengo nada bueno que decir de este sitio.

Otro sábado más que tenemos que comer fuera.  Hace algún tiempo que no íbamos a MegaPark y hemos decidido acabar allí. Después de mirar alguna tienda nos hemos puesto a elegir restaurante.
Hace tiempo que llevábamos viendo un sitio llamado Chicken's Farm, donde sólo dan pollo. Puedes pensar que es algo estilo Coronel Kentucky, pero algo, un sexto o séptimo sentido, nos había avisado en ocasiones anteriores para que no entráramos allí. Pero hoy, a pesar de que ese sentimiento extraño estaba ahí hemos optado por entrar y darle un voto de confianza al sitio. Craso error.

Vemos la carta antes de entrar. La última vez que vimos el sitio no tenía ni la mitad de cosas que ahora, y hemos pensado que habían añadido (y mejorado) su oferta culinaria. Entramos, nos sentamos en una mesa de 4 libre, porque la única de dos que había libre tenía todavía la bandeja de los anteriores, y pensamos en qué pedir. Un menú Tractor para 2 personas. Supone 10 piezas de pollo (2 sticks, 3 alitas, 3 muslitos, 2 contramuslos, patatas, ensalada y 2 bebidas).

En cuanto lo tenemos pensado voy a la barra a pedir, tiene pinta de que como no vayas rápido empieza a crecer la cola y ahí te quedas.

Lo pido, lo pago, y mientras el anterior tio le pregunta a ver dónde está el número en el ticket me voy a mi mesa con dos cocacolas de máquina. Las 14:20h.

El 0,5 de puntuación se lo llevan porque al pasar el turno suenan pollos y gallinas para que estés atento. Tiene gracia las dos primeras veces.

Más de media hora después de pedir viene el chaval que atiende (hay dos personas para atender, cobrar y recoger mesas) y nos dice que a ver si nos podemos mover a una mesa de dos y dejar la de cuatro libre. Me muevo porque quiero mi comida, ya.

(Sonido de pollo) Número 627, nos toca. Las 15:15h. Previamente una pareja había vuelto a la barra con toda su comida a quejarse, supongo que por estar fría o poco hecha.

Me levanto y me acerco a la barra que la teníamos al lado. Cojo la bandeja, me indican que tengo mostaza, ketchup, mayonesa y aliño para ensalada a mi disposición y me ofrecen pan muy educadamente.
Empezamos a comer. La mostaza sabía más a vinagre que la propia vinagre. No les echemos la culpa a ellos, puede estar pasada sin más. La ensalada normal, sin más. Las patatas con cortes irregulares, pero no por ello van a ser frescas. No están demasiado calientes pero bueno, podría ser peor.

Pasemos al pollo. Si por esperar 55 minutos me hubieran dado unos de los trozos más sabrosos de pollo de toda mi vida pues vale, me hubiera callado. Pero no. ¿Sabéis ese pollo de los restaurantes bufet libre chinos? Pues el sabor igual, o incluso peor. Con una cobertura de fritanga aceitosa sin sabor alguno y con el pollo poco hecho (seguramente por culpa de esta coraza) te preguntas qué cojones han estado haciendo con mi pollo dentro de esa cocina durante ¡una hora! Vamos aver, si tardas una hora para hacerme bien la comida y que el pollo esté crujiente, vale. Si tardas una hora y me das un pollo frío, que no acaba de salir de una freidora porque estaría hirviendo, ¿qué has estado haciendo? Porque cocinar desde luego que no.

Sin ganas de acabar ese triste pollo y con menos ganas aún de pedir un postre para que tarden otra hora nos hemos ido para no volver.

Página web: Chicken's Farm

martes, 25 de octubre de 2011

La Florinda

Puntuación: 4/5
Fecha: 15 Octubre
Lugar: La Alhóndiga. Bilbao
Precio: 15€ aprox. por persona.

Quedamos los de clase por la tarde, bueno, al final sólo estamos 2. Entre unas cosas y otras es difícil reunirnos. Como cabía la posibilidad de que mis amigos salieran a cenar y eran pocos también pues nos juntamos todos (seis en total) y nos fuimos a cenar después de estar tomando algo.

La idea original era ir al Tagliatella de Pozas, y allí fuimos sobre las 22:30h. Ya en la puerta se ve que hay gente esperando para entrar y que el local está lleno, y como no sabiamos cuántos íbamos a ser pues no llamamos para reservar. Que no hay sitio.
Punto y a parte de este tema, no se dónde está la crisis. Como bien diría Igortxo una semana más tarde, no todo el mundo tiene crisis, los que la tengan estarán jodidos pero los que no pues siguen tan ricamente. Si, es así. Pero la situación general del país es de una crisis, y de las malas, pero si vas a cenar por ahí cualquier día no te da la sensación de que el país esté sumido en esa profunda crisis de la que hablan. No veo que la gente salga menos que hace 4 años. Pero me estoy desviando del tema.

Llamamos al otro Tagliatella, al de Gardoki, y nos dicen que ahora mismo no hay sitio, pero que llamamos en 10 minutos y nos podrán decir si para las 23:15h tenemos una mesa. De mientras hacemos tiempo buscando otros sitios. Vamos a otro y lo mismo, lleno. Nos vamos camino de la calle Gardoki y a mitad de camino aparece La Alhóndiga, un antiguo almacén de vino de principios de 1900. Y sabemos que allí hay tres restaurantes, uno de ellos asequible económicamente. Entramos y como uno de los amigos conoce al gente de La Florinda, entra a preguntar y conseguimos una mesa para 6. En 5-10 minutos estamos sentados.

El local es curioso, tiene una cocina en mitad del restaurante, y una zona con lo que parece un self-service de bebidas y ensaladas.
Tiene unos ventanales enormes que dan mucha luz y vistas a la calle.

El mantel es la carta, así que puedes mirarlo todo el tiempo que quieras, pero claro, mientras lo mires no te vienen a tomar nota. A parte de que cuesta mucho decidirse porque hay cantidad de cosas y todas de diversas culturas.
Les tuvimos que llamar porque no venían, claro, llevábamos un cuarto de hora diciendo "no, no, no! esto, esto, que tiene buena pinta!". Pedimos un par de ensaladas, una para cada chica, y para los chicos una Fondue de queso y salchichas alemanas (las de carne no son fondues!! no me cansaré de decirlo nunca! una fondue de carne es una freidora!) para compartir y un plato de Cremoso arroz negro con txipis e Idiazabal, un plato de Risotto de Parmigiano-Reggiano, otro de Fideua de rape y langostinos con ali oli Suave y Tallarines con salsa carbonara.

No se si porque había bastante gente o si es que el queso de la fondue debe alcanzar un punto de fusión de 1300ºC pero tardaron un triunfo en servirnos la fondue. Las ensaladas las trajeron bastante antes si no recuerdo mal, no nos pareció del todo bien que unos comensales tuvieran la comida servida y otros tuvieran que esperar todavía un buen rato.

Bueno, por fin nos traen la fondue acompañada de pedacitos de pan crujientes y unas pocas salchichitas alemanas. Pues nada, a untar que esta muy bueno. Hay una vela debajo de la fuente de la fondue. Al principio pensamos que sólo era de adorno, cómo una triste velita podía calentar cosas. Pero 15 minutos después el queso seguía burbujeando, y si movías la vela burbujeaba por otra parte, justo encima de la vela. Curioso.

Después nos trajeron a cada uno nuestro plato. De mientras ellas seguían batallando con sus ensaladas. No había visto tanta lechuga junta nunca.
Las raciones, grandes, llenaban mucho. Mi risotto estaba muy bueno, el queso suave sin resultar empalagoso, el arroz no estaba demasiado líquido. Me acabé el plato con gran esfuerzo, tanto que luego no pedimos postre.
El ali oli que acompañaba a la fideua estaba tremendamente suave, no parecía un ali oli normal, el típico que vemos con el perejil y todo. Estaba algo más líquido y muy bueno.


Después apareció Igortxo para vernos acabar de cenar y más tarde el "Master" del universo que nos esperaba fuera fumando.

Todos salimos contentos con nuestros platos, y bien llenos. 

Página web: www.restaurante-laflorinda.com

Nota: La wikipedia hace alusión a la Fondue de carne, pero se llama borgoñona, y en palabras del cocinero Audy, eso no es una fondue.

lunes, 24 de octubre de 2011

Batzoki de Indautxu

Puntuacion: 3,5/5
Fecha: 22 Octubre
Lugar: Particular de Indautxu, 7-9. Bilbao.
Precio: 22€ por persona aprox.

Otro fin de semana más con clases de inglés y después... a ¡comer!
Y para seguir fomentando la hostelería bilbaína nos vamos a Indautxu, al Batzoki. Aparcamos el coche en el parking de la Alhóndiga por cercanía (si, podíamos haberlo aparcado en el parking de Indautxu, pero nunca había entrado en el otro) y vamos hacia allí.

Entramos y preguntamos a ver si hay sitio, y nos dicen que dentro no hay para dos, que si queremos fuera o arriba. Mi cara de "arriba?! eso no es también dentro?" ha tenido que ser de libro. Total que subimos arriba. Un par de mesas preparadas para 10-12 personas, puede que por eso hagan distinción entre dentro y arriba.
Todo bastante elegante, mesas y sillas negras.
Abrimos la carta pensando que por estar arriba nos iban a obligar a tirar de carta y no de menú del día/fin de semana. Pero no, tenemos menú.
Para empezar pedimos un Pack de pasta filo rellena de... y de segundo una Chuleta de buey.
Mientras nos entreteníamos viendo la tele (encendida, por supuesto) nos han traído el primer palto. No era lo que me esperaba. Una especie de hojaldre bien presentado relleno de una pasta hecha con mejillones (sobre todo) y gambas y demás frutos del mar. No me ha gustado del todo.

Sin pena ni gloria por el primer plato esperaba ansioso el segundo, txuleta. Y así ha sido. Bien gordita jugosa y compañada de patatas recién sacadas del infierno y pimientos verdes.
Al empezar a cortar se notaba que era carne de buey, algo más dura, pero no por ello menos tierna.
Mientras nos comíamos la chuleta ha empezado a subir un grupo de mujeres, 3 generaciones de una misma familia. He contado 10 mujeres, y de repente un solitario y pobre hombre. Me compadezco, vaya día campeón...

Hemos acabado y después de responder que estaba muy buena a la pregunta del camarero de a ver qué tal estaba la carne nos ha comentado los postres. Tarta de queso para los dos.
La tarta estaba buena, hacia el borde se hacía un poco pesada pero es normal, los bordes suelen ser más densos. 

Un buena comilona.

domingo, 23 de octubre de 2011

Deluxe Henao: Una de comida fría, por favor

Puntuación: 1/5
Fecha: 23 Octubre
Lugar: Calle Henao, 28. Bilbao
Precio: 10€ aprox. por persona.

Nos reunimos los amigos para ir a cenar y después de debatir dónde habría sitio y dónde no nos decidimos por ir a mirar al Deluxe a ver qué tal anda de gente. Segun vamos hacia allí, el amigo Igortxo nos comenta que la última vez que estuvo allí las patatas deluxe se las sirvieron frías, pero que vamos, otras veces hemos ido y nos han servido bien.

Llegamos y preguntamos a ver si hay mesa para 6, nos dicen que van a mirar y que si hay nos preparan una. Después de verle al tipo ordenar sillas y mesas como un loco nos indica una mesa de 6 para sentarnos. Rápidamente decidimos qué cenar, Patatas Deluxe, Nachos con queso y dos pizzas una Americana y otra Deluxe. Vamos jurrus y yo a la barra a pedir con el dinero recopilado y pedimos. Nos dan el ticket y nos sentamos. Nada más sentarme sin todavía acabar de apoyar las nalgas en la silla, miro el número que nos toca, el 64, y acto seguido MEEEEEECCC!!!, el 64. ¿Qué rápido no? uyyy...

Miro a la barra y hay una bandeja de patatas y una fuente de nachos esperándonos. Voy a por ellas y las llevo a la mesa mientras mis amigos me miran pensando "demasiado rápido han sacado esto".

Probamos una patata. Fría como el dedo de un cadáver. Otra patata, otra persona. Glacial. Pero no penséis que están frías de poco calientes, no, es que están frías de no haber estado cerca de una fuente de calor nunca.

Probamos los nachos y el queso está templado, no llega a estar caliente de recién fundido pero bueno, al menos no está helado.

Voy a la barra con las patatas a preguntar por qué nos han servido palitos de pescado congelados  mis amigos me indican que no, que vaya donde el camarero directamente. Voy y le digo "Oye, que las patatas estas están frías" con voz de vamos hombre, no me jodas. El tío toca una patata con el dedo y pone la típica cara de "joder qué cagada", me asiente con la cabeza y se mete en la cocina. Un minuto después viene con una ración diferente (buen detalle) de patatas templadas con el bacon frío y dice "ya podéis perdonar".
Nos comemos las patatas y los nachos hasta que se acaba el queso (nunca entenderé por qué nadie es capaz de calcular una ración de queso acorde con la cantidad de nachos, no creo que haya que haber estudiado matemáticas complicadas para ello). Sin esperar, MMEEEEEECCC!!! una sucesión de números a la velocidad del rayo y todo el mundo en la barra porque nadie sabe si le toca o no. Voy y me dicen "hay que esperar todavía un poco". Bien, eso significa que el microondas está trabajando.

Lo raro es que hoy me he dado cuenta de que me extraño no ver a ninguno dentro de la cocina sudando a chorros. ¿En qué cocina de qué restaurante se ha visto que un cocinero que está al lado de hornos y freidoras no lleve una sudada digna de un corredor de maratón? Efectivamente, en la cocina de un restaurante en la que todo se "calienta" mediante microondas.

5 minutos después, otra vez, esta vez si, voy a por las dos pizzas con ayuda de jurrus. Vamos a la mesa y las miramos. Una de ellas tiene bolitas de queso por encima que habían empezado a fundirse pero las han interrumpido y no han podido acabar de hacerlo. Cortadas como sólo el mono manco con acné juvenil sabría hacer (parece que sólo él estaba en la cocina y no precisamente trabajando) las volvemos a cortar nosotros con mejor resultado. No servimos cada uno un trozo, y, nos las comemos porque tenemos hambre, no porque estén buenas. Un amigo, que no quería cenar porque lo había hecho ya un par de horas antes, nos apostó a que no nos acabábamos las pizzas, y así fué. Pero no porque no pudiéramos, si no porque no podíamos con semejante producto.

Dejamos un par de pedazos en las bandejas y nos prometimos no volver hasta que no calienten la comida.

Nota: Decir que el único punto que le he dado ha sido porque la cocacola, aunque de máquina, estaba buena.

sábado, 22 de octubre de 2011

Urban Bar & Restaurant

Puntuacion: 4/5
Fecha: 15 Octubre
Lugar: Barrainkua, 6. Bilbao.
Precio: 13€ por persona.
 
Bueno, bueno, bueno!! Empieza la vuelta al cole, las clases de inglés sábado-mañaneras y claro, se nos echa el tiempo encima y tenemos que comer fuera de casa.
Esta vez vamos a un restaurante nuevo, donde antes había un restaurante argentino. Bueno, este es restaurante y bar, pero más bar que restaurante. Pocas mesas para comer, pero se llena a las 15h de un sábado.

El bar tiene la pinta que veis en la foto, moderno, taburetes blancos y un "agitador" de cerveza Guinness que os aseguro no consigue el efecto de estar bien servida, aunque queda mejor que en manos de algunos cafres.

Nos atiende un tipo majo, que no viste como un camarero de uniforme, si no de calle y con un G-Shock GD-100 blanco en la muñeca derecha. Nos pregunta qué queremos para comer y pedimos un plato de Raviolis rellenos con salsa de setas y champiñones para cada uno y de segundo un Bacalao con salsa de tomate y ajo y un Entrecot con salsa de setas.
 
No tardan mucho en servirnos, menos de 10 minutos, y eso que éramos los primeros en entrar a comer y seguramente todavía estaban organizándose en el cocina.
El plato de Raviolis estaba muy bien presentado, una buena ración de pasta, la salsa con abundantes setas y champiñones. Los raviolis bien cocinados, sin que se les quede agua en el interior, y estaban al dente.
Acabámos con ese plato y al de muy poco nos trajeron los segundos. El bacalao estaba bueno, acompañado con pimientos rojos y muy picante porque la salsilla de ajos llevaba también una cantidad de guindillas que parece que las exportaban.
El entrecot con buen grosor, como tiene que ser. Empezó dándome la sensación de estar algo duro, cortado al contra, con muchos nervios. Pero era sólo al principio, pillé una parte con nervios y ya porque luego estaba muy jugoso y suave.

Por último nos ofrecieron postre. Bombón helado y milhojas. El milhojas no me atrae, me parece seco y sabe sólo a hojaldre, nunca lo pido. Sorpresa al traerme el bombón helado, resulta ser un helado de Nestlé, de los de palo de madera. No digo que no me guste, me lo comí tan ricamente, pero me esperaba otra cosa.

Muy buen sitio para ir a comer. Y así fomentamos el comercio de Bilbao.