Puntuacion: 4/5
Fecha: 11 Marzo
Precio: 12,9€ por persona.
Llega el viernes, y debemos hacer las compras semanales puesto que se presenta un finde ajetreado. Y para ahorrar tiempo pues nos vamos a comer fuera.
Y para hacerlo todavía lo más rápido posible decidimos que ni siquiera vamos a cruzar el tunel para ir a Max Ocio, y nos metemos al Ñam-Ñam que está justo a la entrada de la pasarela. Siempre habíamos visto ese bar-restaurante pero nunca habíamos entrado a comer, ya era hora.
Entramos hasta la mitad, donde estaba la caja y pedimos mesa para dos, en dos minutos estábamos sentados. Justo detrás de mi silla el suelo estaba ligeramente abombado por lo que cada vez que pasaba alguien mi silla se hundía en el suelo. Pero tampoco era lugar de excesivo tránsito.
Nos entregaron la carta y en el menú había muchos platos para elegir de primero y de segundo, demasiados platos para elegir. Además se pueden pedir también bocadillos, hamburguesas, etc.
Nos entregaron la carta y en el menú había muchos platos para elegir de primero y de segundo, demasiados platos para elegir. Además se pueden pedir también bocadillos, hamburguesas, etc.
Pues nada, un risotto con setas y un bistec con patatas y pimientos para mi y para mi acompañante un wok de verduras y medallones de carne de algún tipo de animal que no era porcino ni vacuno (puede que pato).
El risotto muy suave y no estaba líquido, la salsa de setas con setas estaba muy rica también. El bistec, pues no dejaba de ser un filete con patatas y pimiento rojo, pero la carne no estaba dura ni con nervios, muy tierna. El wok de verduras estaba bien, como un wok de verduras normal vaya, no tiene mucho misterio.Los medallones de carne... pues eso, que parecía el juego de la adivinanza y tenías que acertar que animal te estabas comiendo. Era una carne suave y con un sabor no muy pronunciado, por lo que no parecía de pavo, no sabía a cerdo ni a vaca y menos a pollo, así que supusimos que podría ser pato. También barajamos la posibilidad de que fuera perro o rata, pero los medallones eran gruesos como para sacarlos de una rata, o al menos de una rata de tamaño normal.
Por último de postre pedimos dos tartas de chocolate doble. No se dónde estaba el doble chocolate, pero estaban buenas. Era una especie de mousse de chocolate helada, al partirla se notaban crujir los cristalitos de hielo del interior.
Estaba especialemente rico y crujiente el pan, típico de estos congelado y rehorneados pero muy rico.
No tardaron mucho entre plato y plato, quizás algo más para el postre. Es una muy buena opción tanto para comer rápido como para comer tranquilamente.
Página web: www.namrestaurantes.com
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