Puntuación: 3,5/5
Fecha: 10 Mayo
Lugar: Gran vía 55, Bilbao
Precio: 22€ por persona
Después de pasar todo el día por ahí sin parar y pensando qué hacer a la noche, hablando con mis amigos decidimos ir a cenar al nuevo local de Tagliatella recién abierto en Bilbao. Sobre las 20h llamé para reservar una mesa para 3 amigos (entre ellos el viajero), mi novia y yo.
A las 22:30h, puntuales, nos presentamos allí y pedimos nuestra mesa. Esperamos unos minutos y nos sientan en una mesa al fondo del local, justo en las escaleras de acceso al restaurante del piso inferior. Como dijo el viajero: "Hemos conocido mujeres menos estrechas que esta mesa". Ninguna frase expresaría mejor esa sensación.
Nos sirvieron las típicas aceitunas de espera y comentamos que sería mejor cambiarnos de mesa, sabiendo que había un comedor en la planta inferior. Según llegó la camarera se lo dijimos y ella fue a preguntar por una mesa libre para nosotros. Volvió triunfante y la seguimos por las escaleras, con el viajero llevando el plato de aceitunas consigo. Cuando ya había recorrido todo el piso inferior detrás de la camarera se dieron cuenta de que no había mesas libres, a su vez nos lo comentaba una especie de encargada a los demás. Vuelta a la mesa estrecha a esperar a que nos preparasen otra. Y seguíamos a vueltas con las aceitunas, que se iban paseando por todo el restaurante.
Unos minutos después, ya nos estabamos sentando en otra mesa, de igual tamaño pero esta vez mejor distribuidos y en la que estábamos a nuestras anchas. Y nos trajeron otro platito de aceitunas, de regalo, aunque nosotros ya teníamos el nuestro. El que no corre, vuela.
Al leer la carta se comentó que había variaciones con respecto a otros Tagliatella, que faltaban cosas o que había otras distintas.
El viajero pidió una pizza Prosciutto si no recuerdo mal, otro pidió una Insalata Tagliatella sin saber que debía elegir un aliño y los tres que faltábamos íbamos a compartir tres platos: un Risotto Mare monte, Ravioli Nero di Sepia con salsa Salame e verdure y una pizza Al parmigiano. Y para todos pan de la casa.
No tardaron mucho en traernos la ensalada y el risoto, y le preguntaron al viajero a ver si la pizza era para él. Con un NO rotundo y moviendo la cabeza nos quedamos todos pensando, "sí, es para ti". Y se lo dijimos al camarero. Él había entendido a ver si la pizza era para compartir. Entre lo de la mesa y las aceitunas... se veía venir. Empezamos con el risoto porque su pizza iba a tardar un rato y se iba a enfriar la comida.
La ración era más grande de lo que recordaba de otros Tagliatellas de Bilbao, no así de otros sitios. Igual es que han decidido ampliar las raciones. Estaba bueno, como siempre. Lo bueno de comer en las franquicias es que te aseguras que siempre mantienen una media de calidad, y que la comida está casi siempre igual. Si pides un risoto hoy, el mismo dentro de un mes, y dentro de seis meses, siempre está hecho igual.
Por fin trajeron la pizza que faltaba, y yo a éste no le había visto comer una pizza con aceite en la vida. Igual es que no ha coincidido que haya ido a un Tagliatella con él y que hayamos pedido pizza, o es que no me fijo a veces en ciertos detalles.
Comentamos también la nueva norma sobre las aceiteras en la hostelería, pero claro, ahora estoy leyendo que hay "vacíos legales" como poner ramitas aromáticas en el aceite, y voilà, ya está permitido rellenar la aceitera.
Nos trajeron nuestro segundo plato, otra buena ración. Nunca había probado la pasta negra, y mi novia no es de comer mucho verde que digamos, aunque poco a poco va probando algunas cosillas, si no le gustan ya me las como yo :D
La verdad es que a verduras, lo que son verduras, no sabía. Por ninguna parte. La salsa sabía más a piñones, desconocidos por el ciclista, que a verduras. Pero estaba muy bien de sabor. Había un gran contraste en el plato con la pasta de color negro y la salsa amarilla con trocitos de bacón. La verdad es que repartiendo entre tres, da a probar más platos sin llegar a cansarte con la cantidad.
Por último llegó nuestra pizza, olía muy bien y sabía muy bien. La probé con aceite y la verdad es que potencia un poco el sabor, pero ya de por sí estas pizzas suelen ser un poco aceitosas y añadirle más condimento hace que tengas la boca demasiado oleosa.
El ciclista seguía lento pero constante con su insalata, siempre ha sido de comer muuuuy lento, aunque hay que decir que la ensalada era bastante grande.
Al recogernos los platos empezamos a notar como una ola de frío proveniente de Noruega... digo... del aire acondicionado nos soplaba queriéndonos echar del restaurante. Tuvimos que ponernos los jerseys para no pillar un resfriado.
Por último, decidimos pedir el postre. Tres Cioccofondente, un helado de chocolate y un Tutto cioccolato, y acabamos discutiendo sobre la longitud de los versos de los pareados.
Como siempre, buenísimos los postres.
Página web: Tagliatella Gran vía.
Fecha: 10 Mayo
Lugar: Gran vía 55, Bilbao
Precio: 22€ por persona
Después de pasar todo el día por ahí sin parar y pensando qué hacer a la noche, hablando con mis amigos decidimos ir a cenar al nuevo local de Tagliatella recién abierto en Bilbao. Sobre las 20h llamé para reservar una mesa para 3 amigos (entre ellos el viajero), mi novia y yo.
A las 22:30h, puntuales, nos presentamos allí y pedimos nuestra mesa. Esperamos unos minutos y nos sientan en una mesa al fondo del local, justo en las escaleras de acceso al restaurante del piso inferior. Como dijo el viajero: "Hemos conocido mujeres menos estrechas que esta mesa". Ninguna frase expresaría mejor esa sensación.
Nos sirvieron las típicas aceitunas de espera y comentamos que sería mejor cambiarnos de mesa, sabiendo que había un comedor en la planta inferior. Según llegó la camarera se lo dijimos y ella fue a preguntar por una mesa libre para nosotros. Volvió triunfante y la seguimos por las escaleras, con el viajero llevando el plato de aceitunas consigo. Cuando ya había recorrido todo el piso inferior detrás de la camarera se dieron cuenta de que no había mesas libres, a su vez nos lo comentaba una especie de encargada a los demás. Vuelta a la mesa estrecha a esperar a que nos preparasen otra. Y seguíamos a vueltas con las aceitunas, que se iban paseando por todo el restaurante.
Unos minutos después, ya nos estabamos sentando en otra mesa, de igual tamaño pero esta vez mejor distribuidos y en la que estábamos a nuestras anchas. Y nos trajeron otro platito de aceitunas, de regalo, aunque nosotros ya teníamos el nuestro. El que no corre, vuela.
Al leer la carta se comentó que había variaciones con respecto a otros Tagliatella, que faltaban cosas o que había otras distintas.
El viajero pidió una pizza Prosciutto si no recuerdo mal, otro pidió una Insalata Tagliatella sin saber que debía elegir un aliño y los tres que faltábamos íbamos a compartir tres platos: un Risotto Mare monte, Ravioli Nero di Sepia con salsa Salame e verdure y una pizza Al parmigiano. Y para todos pan de la casa.
No tardaron mucho en traernos la ensalada y el risoto, y le preguntaron al viajero a ver si la pizza era para él. Con un NO rotundo y moviendo la cabeza nos quedamos todos pensando, "sí, es para ti". Y se lo dijimos al camarero. Él había entendido a ver si la pizza era para compartir. Entre lo de la mesa y las aceitunas... se veía venir. Empezamos con el risoto porque su pizza iba a tardar un rato y se iba a enfriar la comida.
La ración era más grande de lo que recordaba de otros Tagliatellas de Bilbao, no así de otros sitios. Igual es que han decidido ampliar las raciones. Estaba bueno, como siempre. Lo bueno de comer en las franquicias es que te aseguras que siempre mantienen una media de calidad, y que la comida está casi siempre igual. Si pides un risoto hoy, el mismo dentro de un mes, y dentro de seis meses, siempre está hecho igual.
Por fin trajeron la pizza que faltaba, y yo a éste no le había visto comer una pizza con aceite en la vida. Igual es que no ha coincidido que haya ido a un Tagliatella con él y que hayamos pedido pizza, o es que no me fijo a veces en ciertos detalles.
Comentamos también la nueva norma sobre las aceiteras en la hostelería, pero claro, ahora estoy leyendo que hay "vacíos legales" como poner ramitas aromáticas en el aceite, y voilà, ya está permitido rellenar la aceitera.
Nos trajeron nuestro segundo plato, otra buena ración. Nunca había probado la pasta negra, y mi novia no es de comer mucho verde que digamos, aunque poco a poco va probando algunas cosillas, si no le gustan ya me las como yo :D
La verdad es que a verduras, lo que son verduras, no sabía. Por ninguna parte. La salsa sabía más a piñones, desconocidos por el ciclista, que a verduras. Pero estaba muy bien de sabor. Había un gran contraste en el plato con la pasta de color negro y la salsa amarilla con trocitos de bacón. La verdad es que repartiendo entre tres, da a probar más platos sin llegar a cansarte con la cantidad.
Por último llegó nuestra pizza, olía muy bien y sabía muy bien. La probé con aceite y la verdad es que potencia un poco el sabor, pero ya de por sí estas pizzas suelen ser un poco aceitosas y añadirle más condimento hace que tengas la boca demasiado oleosa.
El ciclista seguía lento pero constante con su insalata, siempre ha sido de comer muuuuy lento, aunque hay que decir que la ensalada era bastante grande.
Al recogernos los platos empezamos a notar como una ola de frío proveniente de Noruega... digo... del aire acondicionado nos soplaba queriéndonos echar del restaurante. Tuvimos que ponernos los jerseys para no pillar un resfriado.
Por último, decidimos pedir el postre. Tres Cioccofondente, un helado de chocolate y un Tutto cioccolato, y acabamos discutiendo sobre la longitud de los versos de los pareados.
Como siempre, buenísimos los postres.
Página web: Tagliatella Gran vía.
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