Puntuación: 4/5
Fecha: 21 Marzo
Lugar: Gordóniz 2, Bilbao
Precio: 15€ aprox. por persona
Pues como parece que vamos a quedar para salir pocos amigos les propongo ir a cenar y el amigo Haas comenta que quiere probar el "egipcio" así que hallá vamos.
Nuestro amigo Igortxo rechazó cenar con nosotros porque con una cena fuera de casa a la semana ya era suficiente para comer sano.
Segun llegamos vemos el panorama, lleno. Pero aún así decidimos entrar porque siempre nos lo encontramos igual.
El sitio no es muy grande, es más bien estrecho y lo más cómodo es comer en la barra, que está llena.
Miramos la carta y decidimos pedir dos Pitta Especial de pollo con verduras salteadas y una Pitta Shawarma (foto).
Para beber pedimos cerveza y nos ofrecen la cerveza libanesa que aceptamos con una simple mirada entre los tres.
Mientras esperamos a que se vacie algún hueco en la barra o nos den la comida, lo que antes ocurra, vemos que están dando el post-partido del Barça-Madrid. Unos señores de al lado gritan al marcar el Barça, lo curioso es que el partido había acabado media hora antes.
Les indicamos que no se sobresalten más porque el partido ha acabado, si se sorprendían tanto por el gol no se cómo no podían saber la hora a la que empezaba el partido, o que el tiempo de juego avanzaba extrañamente rápido por los cortes del resumen.
Se libraron un par de taburetes en la barra que ocupamos rápidamente. La comida todavía tardaría un buen rato. Es lo único malo, que tardan mucho en servir las pittas. De mientras disfrutamos de la rica cerveza que tan acertadamente nos han servido.
Nos las traen y enseguida apreciamos que puede que nos quedemos con hambre, así que tranquilamente empezamos a comer y pedimos que nos sugieran algo más para compartir. Nos ofrecen el Falafel.
La pitta especial de pollo contiene verduras salteadas y queso fundido. El pan de pitta está crujiente y es muy fino, no llena. El pollo es suave y está realmente bueno. La shawarma contiene carne asada, verduras y queso fundido.
No dejamos ni una miga en el plato y unos minutos después nos traen los Falafel, tres unidades de pequeños panes de pita estilo kebab con lechuga, tomate y una especie de mini-hamburguesa de garbanzos. Está muy buena y está bien para llenar el hueco que deja la pitta.
Por último decidimos coger algo de postre. Miramos la carta y pensamos en un par de tartas una de yogurt y otra de queso que nos costaría mucho diferenciar (y al camarero) y un bizcocho de chocolate con chocolate caliente en su interior. Nos recomendaron probar la "trenza" pero la dejamos para otro día. También nos invitaron a ver los postres en el local de al lado, La Canela, tetería-pastelería que compartía negocio con este local.
Nos trajeron de allí las tartas y el bizcocho y conseguimos diferenciar las tartas porque la de queso lleva los arándanos por encima.
Lo único no sano que cenamos fueron los siropes de las tartas, lo demás fue una comida ligera y muy buena.
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