Puntuación: 0,5/5
Fecha: 17 Agosto
Lugar: Gordóniz 2, Bilbao
Precio: 18€ aprox. por persona
Decidimos hacer una cena pre-fiestas de Bilbao, para ir animándonos. Quedamos a la tarde como muchos viernes y como habíamos visto a lo largo de la semana que íbamos a ser pocos para cenar decidimos ir al egipcio, donde 3 personas en la barra pueden cenar bien.
Fuimos hacia el bar para ver cómo andaba de sitio y vimos que habían colocado una terraza en el exterior por el tema de las fiestas, como muchos otros bares y restaurantes. Al ir a entrar para ver si podíamos reservar justo salían hablando de reservas y les solicitamos una mesa de 6 (dadas a mis dotes de prestidigitador sabía que habría una persona más) para las 21:45h. Id recordando las horas porque serán realmente importantes en el transcurso de la historia.
Como faltaba una hora para sentarnos a la mesa nos fuimos a tomar algo a otro bar. Esperamos allí a los dos que faltaban y cuando faltaban 10 minutos nos dirigimos allí.
Al llegar, puntuales, les recordamos nuestra reserva y nos sentamos. La terraza tendría unas 10 mesas, de 4 a 6 comensales todas ellas.
Tras 20 minutos parece que se acuerdan de que estamos en esa esquina y vienen a atendernos por primera vez. Habíamos estado hablando de qué pedir para compartir y demás así que no tardamos mucho en hacerlo. Pedimos también las bebidas. Unos 10 minutos después teníamos las bebidas en la mesa y seguíamos charlando. Pasados otros 10 minutos nos trajeron el primer plato que habíamos pedido. Era un plato frío, humus, con pan de pitta para huntar entre todos. Lo habíamos pedido para probarlo, no nos gustó demasiado, pero eso lo habíamos asumido ya que estábamos probando comida nueva. Este plato nos lo sirvieron pronto porque al ser frío no es más que echarlo en el plato, tienen en la barra recipientes con humus para servirlos rápidamente.
Tras una hora sentados en la mesa ya nos habíamos acabado la primera ronda de bebidas y sólo habíamos comido un plato de humus para 6 personas. Cuando ya nuestro enfado se empezaba a hacer notable y la camarera era la segunda vez que ponía cara de circunstancias y juntaba las manos pidiéndonos perdón, nos trajeron la siguiente ronda de platos. Habíamos pedido cada uno un plato, y como las pittas vienen cortadas en 4, podíamos compartirlas fácilmente. Nos trajeron sólo 3 de los 6 platos. Además también habiamos pedido dos platos del falafel que comimos la otra vez que debería haber llegado en esta remesa. Pedimos otra ronda de bebidas.
Con el hambre que teníamos acabamos con los 3 platos en un pis-pás y seguimos esperando. Serían ya las 23:10 cuando viene la camarera a recoger los platos y pregunta "bueno, ¿queréis postres?" a lo que respondimos "si, pero cuando acabemos de comer lo que nos falta todavía" y ella sorprendida nos preguntó a ver qué faltaba. Cuando le dijimos que faltaba más de la mitad de la cena dijo que "en seguida" nos lo traía todo.
Debe ser que los egipcios, como se guían por el Dios Ra y utilizan el sol para todo, al ser de noche los relojes de sol no funcionan con precisión y entonces la medida del tiempo no se hace tan exacta como se desearía. Total, que "en seguida" se convierte en media hora de espera.
Acabamos rápidamente con lo que nos traen, es como si no hubiéramos cenado nada. Nos traen una pitta de más, supusimos que era una pitta que ya echaría alguna otra mesa de menos o que algunos se habían hartado de esperar y les sobraba.
Ya hablabamos de qué decir a la hora de recibir la cuenta, aunque todavía faltaban los postres. En la carta aparecía que por el servicio en terraza se cobraba un 10%, entendíamos que nos condonarían ese 10% por que no se le podía llamar servicio a tener que esperar al transporte El Cairo-Bilbao para poder cenar unas pittas.
En los 10 minutos siguientes aparecieron la camarera y su hija un total de 5 veces a recoger todo lo de la mesa. Cada vez quedaban menos mesas con comesales en la terraza.
Alucinados por tanta atención repentina nos animamos a coger los postres, no sin ganas de preguntar primero cuánto iban a tardar ciertos postres, por si acaso.
4 coulants de chocolate, 2 trenzas y té del Rey. Fácil. El té no es más que hervir agua (unos de 5 minutos al nivel del mar, estando a más altitud herviría antes y a menos temperatura) y los coulants con 5-10 minutos en horno van que chutan, y si encima tiramos de microondas ni te cuento. 20 minutos. 20 condenados minutos en traer unos tristes postres. Que además nos los trajo una tercera camarera, yo creo que la camarera principal no se quería enfrentar a nuestras caras de desaprobación por decirlo suavemente.
Después de acabar los postres y con un hambre terrible después de haber digerido completamente toda la cena se acercaba el plato fuerte, la cuenta. La pedimos y nos la traen en menos de lo que tardas en contar hasta 10. Para esto sí se dan prisa. ¿Qué pasaría si ahora nos da a nosotros por tardar más de 3 horas en pagar la cuenta?
La analizamos detenidamente. No nos cobraron la pitta de más (sólo faltaba) pero sí que nos cobraban el 10% de servicio en terraza. Le comentamos a la camarera de buenas formas que después de tardar más de 3 horas en cenar no nos debería cobrar la terraza y ella nos comentó que el ayuntamiento les cobraba una pasta por la terraza para fiestas y que ese 10% no era por el servicio, era por el espacio. Aceptamos barco. Pero la camarera encima tiene la poca decencia de soltarnos "pero oye, habéis pedido postres y os podíais haber ido antes, no serán para tanto las 3 horas". Ahí, con dos cojones. Tardas 3 horas en darnos de cenar y cualquier plan que tuviéramos para después ya ha caducado, y encima la culpa es nuestra que nos pedirnos unos postres. Y ni oler las disculpas. Ni se le pasó por la cabeza pedir perdón por el lamentable servicio. Sólo añadió que claro, la cocina y el servicio van a distinto ritmo.
Pues si sabes que no puedes dar a basto a una terraza de 10 mesas cuando habitualmente casi te desborda el servicio en barra, no pongas una terraza. Nadie te obliga a ponerla. Pero claro, quieres ganar más dinero y pones una terraza pero no tienes capacidad para atenderla en condiciones. Mal negocio.
Viendo mi anterior crítica y ésta última saco la conclusión de que se puede ir a este sitio un día normal, pero ni se os ocurra, ni os lo planteéis, ir en fiestas de Bilbao porque la atención es y será pésima.
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